Se me apareció resplandeciente y radiactiva
porque soy el último minuto del reloj,
en nuestra piel está escrito el destino en latín
con letras góticas; ¡si al Cielo me pudiese elevar!,
no estaría en el fango sumergido de este mundo abortado.
Y por eso te apareces ante mí con tus luciérnagas
en el sueño de inconclusos corredores te encuentro
después de tantos años, estás cambiada para mal,
fuiste un hada y ahora eres una bruja cansada
de tanto andar deambulando por los sueños ajenos;
conjurándote al amanecer busco una luz que me guíe
salvándome de tus ojos celestes sin savia que llore
como una enorme tormenta acostada en el sur.