El hombre se desmorona un día
y hasta entonces vivía en su rutina incólume.
Jardines devastados; la infancia
verdece todavía los abriles crueles.
Se desmorona o extravía una noche
de extraños en su memoria.
La marcha incongruente de los sentimientos,
la incongruencia de los lugares,
la Plaza Vieja ha sido sepultada bajo un no lugar,
las acacias recortadas en altura,
la perspectiva irrisoria,
la familiaridad como una anónima inscripción en la distancia.
Es el momento de estar solo, sentir
la superioridad de un mundo frágil, avanzar
quitando telarañas.
Noche
de animación efímera comercios irreales,
la risa joven de la deforme noche,
el Bulevar también ha sido reeducado.
Puede un hombre desmoronarse un día,
rodillas de arena, vértigo de lo inminente;
puede experimentar con su pasado, hogar de otros
y continuar viviendo en su rutina incólume
y ser más otro un poco, más sí mismo.