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Y visible como la inmensa daga,
y como taja en la piel una herida,
y yace aquí la herida más profunda,
es aquí, en la vida inerte y tan vaga,
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y más duele más, porque al fin y al cabo,
y es tal especie de poder sentir,
es tan distinto como no morir,
y duele más de la cabeza al rabo,
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porque es una terrible gran herida,
no mata el dolor como los silencios,
es el eco de tu voz en la vida,
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y como los eternos y sí, sabios,
y queda mi vida en cura la herida,
cuando tengo aquí tus sinceros labios.
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