Una manera propia de estar en el mundo
quizá tan solo sea buscar en el rumor
del anochecer la luz que lleva al alba,
como buscan tus ojos la luz dormida,
como busca tu piel, en ese sueño
que aún carece de voz, la umbria ternura
del amor que va creciendo como marea,
y todavía no tiene nombre, que desconoce
que el mar está hecho de pedazos arrancados al cielo.
Tú sabes que yo soy aire, pues has visto
volar mis pensamientos, aun sus alas rotas,
a golpes de silencio, como un desvalido lenguaje
que llega ti sin mas premura
que la que lleva el eco que alienta
la sombra que guía mis propios pasos.
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