luisa leston celorio

 CADA DÍA ES NUESTRO DÍA

DÍA DE LA MUJER


Cada día es nuestro día,

cada momento es nuestro momento,

pero hoy recordamos

a las mujeres que su voz levantaron

para reclamar sus derechos de personas.


Hoy se conmemora la matanza de mujeres trabajadoras

que exigían el respeto de los que las menospreciaban

y les obligaban a trabajar con menosprecios

y con míseros sueldos.


No saquemos de contesto día tan renombrado

pues si las mujeres nos unimos

es para reivindicar un mismo trato y salario.


¿Todas las mujeres son bellas?

¿Todas son hermosas?

¿Todas son buenas y hacendosas?

¿Todas son buenas madres y esposas?


Las mujeres son personas, con sus debilidades Y bondades

pues no es cierto que sean perfectos ángeles,

ni diabólicos seres que a los hombres envilecen.


Las mujeres además de poseer un cuerpo más o menos agraciado

tienen inteligencia y capacidad para vivir por sí solas

pues no es el sexo débil como algunos aun aportan.


No precisa de un hombre protector y dueño de su honra

ellas saben defenderse por sí solas.

Las mujeres en sólo una cosa se distinguen de los caballeros

y no es precisamente en cuestiones de seso,

qué bien se distinga, lo que las diferencia sólo es el sexo.


Que grande será el día que las mujeres dejasen de reclamar su puesto,

pues ese momento será que la sociedad alcanzó la madurez

tratando por igual al hombre que a la mujer.


¿Qué superioridad ha concedido la naturaleza

a los barones sobres las damas para que tengan que soportar

que las traten como objeto de placer?

.

¿Por qué han de soportar que las desnuden con groseras miradas, y que les dediquen vulgares palabras haciendo que se sientan acosadas?

¿Es que como ser humano no han de ser respetadas?


Si las mujeres son madres, esposas e hijas,

¿no son trabajadora si atienden a sus familias?


¿Quiénes fuera del hogar cumple su jornada laboral

No es tan digna como quien lo hacen en el hogar?

Porque se ha de distinguir entre hombres y mujeres

si los dos son personas.


Las mujeres esperan que cuando les canten sus glorias

no sólo lo hagan alabando sus tersos pechos,

sus redondeadas caderas y las bondades de su sexo.


Que además de madre y esposa se glosen sobre los valores

que como a los hombres, a la las mujeres la adornan y honran.


AUTORA: Luisa Lestón Celorio