El hombre de sombrero negro
y bufanda azul
cruzó el camino
cerrado en sus pensamientos
como si caminase
en veredas cuidadas
de la ciudad.
Apenas iniciada la mañana
en esa calle de tierra
entre trigales
y cielos abiertos
llegando a las sierras
en un invierno tardío
a finales de siglo.
Detuve la marcha
evitando atropellarlo
sus ropas
impecables de ciudad
……………...
caminaba con placidez
quizá pensando
en nietos
o en amantes
en inversiones
o es posible que pensara
en la vida
que se escapaba
rápidamente
siguiéndola
a donde ella decida
abandonarlo
quedándose con el nieto
arrebatarle, la amante
y esas inversiones.
Apenas traspuso la calle
el hombre se detuvo
giró su cabeza
mirándome un tiempo
mientras la tierra
de la banquina
lentamente lo tragaba.