Las horas que te dedico
no volverán a mí
porque nunca se fueron.
Se quedaron aquí en mi pecho,
Y mi corazón fue el reloj
que las empujó, una tras otra,
mientras leía tus versos.
Ahhhhhh, bellos versos que amé,
desde que vi el primer trazo,
el primer intento…
y desde ese momento,
los guardo por siempre.
Alma Erótica
José Luis Agurto Zepeda
Managua, Nicaragua
1 de marzo de 2017