No entiendo nada,
solo sé que es algo precioso.
Se deslizan por mis entrañas
tus ganas
de bailar para ti,
con mis balas.
Como un vals acompasado
hablas
y sin haberlo acordado
entras rompiéndolo todo,
todo lo que me destruía
todo lo que me hacía vulnerable.
Me reconstruyes de vida
abrazos que nunca sabrán a despedida
quien te tuvo
y no te retuvo
no sabían que eras la eternidad
sorprendentemente bella e incomprendida,
disfrazada de monotonía.