zeda del rey

la oruga

todo el tiempo se creyó monarca

desde el parto hasta la tumba

y pobrecilla oruga,

que se derrumba

de saberse abandonada.

 

se contorneaba y presumía 

a aquella flor que veía

su belleza inmaculada;

pobre oruga, monarca se creía.

 

nunca tuvo alas,

pero decía que volaba;

y las Gardenias reían,

y a sus espaldas burlaban.

 

Así  se paso la vida,

siendo feliz con lo que no era

porque nadie le decía:

¡eres una oruga cualquiera!