Gauson

A una chilena

Tu te has hecho ya la dueña,

de todos mis afectos,

por tus ojos perfectos,

con tales mi mente sueña.

 

Tienes a todo mi ser,

cautivado en tu mirada,

que mata como la espada,

a mi tristeza de ayer.

 

Es misterio de la ciencia,

tu mirada acogedora,

que al entorno adulzora,

con su callada presencia.

 

De brillantez sideral,

es tu sonrisa armoniosa,

resplandeciente y hermosa,

es la perla del doral.

 

Tus lustres ojos me llevan,

a campos de mariposas,

llenos de lirios y rosas,

que a mi espíritu sublevan.

 

Cincuenta mil hombres sabios,

no podrían describir,

ni si quiera definir,

la ternura de tus labios.

 

Más que el galán de la noche,

mas que la jugosa poma,

me ha de seducir tu aroma,

como los brillos de un broche.

 

Tu causas a mi vector,

que cambie de magnitud,

de dirección, de actitud,

y que cante con furor.

 

De admirar es tu perfil,

que es cumbre de perfección,

cual celebre canción,

es el tema de mi atril.

 

Recuerda al breve arrebol,

tu carita sonrosada,

como una dulce alborada,

traída por luz de sol.

 

Déjame ser tu adalid,

y ya veras con certeza,

de este mundo la belleza,

cual fruto de la vid.

 

Nunca te daré una flor,

que te hinquen sus espinas,

que dañen tus manos finas,

y que hieran tu candor.

 

No digas mas que eres fea,

bien sabes de tus encantos,

No te hacen falta otros tantos.

Todo el mundo te desea.

 

Mi sencillo y breve verso,

solamente en ti se inspira,

que vuele como la vira,

eres más que el universo.

 

Como bella obra de arte,

no puedo dejar de mirarte.

 

Es un inmenso castigo,

partir la vista contigo.

 

Si tu amor no logro conseguir,

de tristeza tendré que morir.