Tengo una leve jaqueca de tanto pensar en ella;
no sé porque lo hago si no me llama,
ni me escribe y me estoy muriendo de amor;
porque quiero que sea mi esposa hasta delirio
en fiebre alta y menciono su nombre;
y se me está agotando la paciencia aunque
sufra, llore pero tendré el honor de apartarme
y no rogarle mas a ella.