Se coló a golpes la nostalgia
se adelantó, sin aflorar tu alegría
hurgando los suelos del olvido
a remolque, tu piedad y tu herida.
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La nostalgia abrió sin tu algarabía
y el búho etéreo, sin lecho nocturno
al fijar su pieza en la noche fingida
y sin la eterna luz de tu alegría.
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Me hurtaba y repetía mi melancolía
tu tez sombría y anhelo impalpable
que en el velar de mis sueños querría
tu fe y tu moral, tal vez desconocida.
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No pretendo relamer mi nostalgia
en tus noches sin tregua o fingidas
que perpetúan mi ánimo en errante
y tu deseo, en un hecho acontecido.
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Aunque mi recuerdo así pretendiera
al convertirme en la luz de tu diario
trataría de cobijarla entre mi mente
y tratarla como un éxtasis perenne.
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Enrique Tamayo Borrás
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