Seducción mágica
La melodía de fondo resonaba en tu piel.
Sin tocarte yo podía sentir como brotaba silente la tibieza de tu aura.
Vibrante y excitante el roce de tu aliento en mi rostro, te alejabas hacia adentro de mi.
El latir de la vida era un zumbido extasiado que nos envolvía sin prejuicios, aleteando al ritmo infinito del vaivén de la danza que tu cuerpo y el mío obedecieron por un segundo sin mirar atrás.
La mágica seducción nos dejó aprisionados en el tiempo y ya no hay vuelta atrás. Debí escapar, como tu pero el encantamiento selló mi sino a tu estela ya nada puedo hacer.