-Hola mi Amor, ¿Te gusta cómo me veo?
-¿Bromeas?
Exacta en color y diseño es la prenda que reviste tu escultural silueta,
Dichosos los accesorios elegidos por ti para decorar tus brazos y cuello,
El intenso fulgor que revelan los luceros en tu rostro me cautiva,
Se me antojan tus carnosos labios delicadamente coloridos de carmín,
Mientras tus dientes los hacen presa con deseo y sensualidad.
Liberas esa linda y maliciosa sonrisa llena de deseo,
El suave y fresco perfume de tu ser me inunda,
Realidad y delirio se someten solo a tu voluntad,
Hipnotizado quedo ante el andar de tus bellísimas piernas,
Y el encaje que se asoma de tus medias coquetea conmigo.
Inicias nuestro encuentro con ese beso embustero que solo roza mis labios,
Inerte sucumbo ante la variedad de caricias que impactán mi cuerpo,
Traidores centinelas de mi vestuario que desisten ante la destreza de tu tacto,
Al tiempo que grabas y tatúas con besos mi expuesto pecho y corazón,
Y consumes el embriagador y rico aroma que evaporase de mi piel.
Tus gentiles manos tocan y exploran lo que desean sentir de mí,
Sin dilación también posees con legítima autoridad todo bajo mi cintura,
Pruebas y recorres una y otra vez saboreándo el reino conquistado,
Enfocas tus esfuerzos en despertar el poder que yace en mi interior,
Sabes el efecto que tendrán tus actos y pretensiones… pero continúas.
Te descuidas y froto con mi naciente barba la exquisita tersura de tu cuello y hombros,
Sin prisa mi boca dirige su ataque por senderos que me llevan a la conquista,
Me deleito con tus excitados senos y bajo por tu vientre hasta probar tus muslos,
Entonces la batalla nivela sus fuerzas y entre posiciones remontamos el deseo,
Súbitamente sientes el constante y cálido roce de mi lengua entre tus piernas.
Y en la justa que sostenemos el afán no atenúa y abrazas con tus piernas mi cadera,
Trenzados en el éxtasis danzamos al ritmo incesante del más exquisito vals,
Me excitan tus jadeantes sonidos mientras más beso tu firme cuerpo,
En el santuario de nuestro amor cada caricia se convierte en una obra de arte,
Nada más importa que complacerte en todo mientras me deleito de ti.
Me descubro preso en la libertad de tocar el fino encaje de tus medias,
Mis insaciables dedos no renuncian a sentir tu sublime Intimidad,
Con gran maestría te despojo de la más íntima de tus prendas,
Mi lengua victoriosa recorre incansable y extasiada cada pliegue de lo tuyo,
Y te regalo el más profundo orgasmo hasta lograr de tu boca mi gracia.
-¿Amor, amor estas bien?
-Si claro, perdón, estás más que hermosa.
-¿Listo para nuestra noche?
-Sí Diosa mía.