Siempre, todo sucede,
de primavera a invierno,
la naturaleza cambia,
como cambia el viento,
siempre suceden las cosas,
junto con el tiempo,
pero tu belleza no cambia,
no, en ningún momento.
A cada año floreces, dulce,
esquisita, como vino añejo,
y la naturaleza es cómplice,
como la luz, de un sol curioso,
seguro, pendiente, de iluminar,
tus ojos y sentir lo hermoso
de reflejarse en ti, siempre,
cada abril, sumiso y atento.
Siempre, el mundo cambia,
renace y vive, como un trueno,
que moribundo grita y presume
un instante, amarte en secreto,
cada año pasa, inexplorable,
con hambre y también sediento,
pero algo no cambia, permanece,
es mi cariño, sencillo y eterno.
R.Sandoval
15/Abril/2010