Me casé enamorado
de la mujer que quería
siempre entusiasmado
soñando en mil porquerías
Siempre entraba despacito
para acariciar su cuerpo
siempre estaba encendido
por su cuerpo bendecido
Una tarde sigiloso, sin ruido
mientras ella se duchaba
me acerqué muy despacito
y a sus brazos me lanzaba
Escuché un ruido terrible
y vi la cortina cayendo
aquello fue muy horrible
pues aún lo estoy sintiendo
Me cayó donde no digo
y lo encogió de repente
vaya brincos que yo daba
que hasta sin saber bailaba