Fabiola linda que dios te bendiga,
fuiste tan buena y me diste alegrías,
quizás tu consideras, que te miento
pero fuiste sincera en su momento
No escatimaste, tu ningún esfuerzo,
por darme tu dulzura, sin tabúes
pero el destino, que un día nos juntó,
te aleja siempre, de mi triste vida.
Nunca son las cosas, como yo quisiera,
por un duro destino, quedas fuera,
duros maestros, te calificaron,
de mi escuela, ya fuera te dejaron.
Como la flor silvestre del invierno,
dejaste ya mi vida, sin remedio,
adiós mi Fabiola, mi niña adorada,
te extrañaré por siempre, prenda amada.
1985