Voy a decirlo despacio
porque quiero que comprendas
al motivo del engaño
que a ti te colma de pena.
Fue tan solo sin pensarlo
sin quererlo, ni desearlo.
A veces pasan las cosas
como menos lo esperamos.
Fue una tarde de verano
allá en la orilla del lago
yo vagaba solitario
como un perro abandonado
tú estabas llenas de enojos
y reproches infundados.
Ella al verme entristecido
me cobijo entre sus brazos
lo demás, tú ya lo sabes
es hijo mío el muchacho.