PARA FAUSTO Y AIDA.
En cálida noche tica
se dio el encuentro de amigos.
Fue fluyendo amena plática
con luceros de testigos.
Era el inicial encuentro
que hasta ahora establecíamos,
fue el poema el epicentro
de lo que alegres decíamos .
Fue una mutua simpatía
la que pronto nos unió
y una total empatía
por sobre todos cundió.
Y así con Aída y Fausto
linda amistad floreció.
Nunca se dio ánimo exhausto
y el entusiasmo creció.
Ahora existe hermandad
ya no importa la distancia.
Hay cariño en libertad
y de afecto la fragancia..
Y ya en ausencia o presencia
en bella noche en quietud
gustamos de vino esencia
y nos decimos ¡salud!