El poeta y su poesía
Sírvante papel y lápiz, escribano,
de apoyo a tu inspiración fecunda
por las que broten al trazo de tu mano
esas líneas en las que tu alma cunda.
Esgrime tu amor en las proezas
que sólo el arte plasma con decoro
para hallar en cada una de tus letras
un verso, una estrofa, un tesoro.
Sea el silencio tu propicia fuente
y la soledad de inspiración secreta
en que surja claro, tan vehemente,
tu venturoso corazón de poeta.
Sea la vida con sus toques de alegría
o el sufrimiento que pondere tanto
para hacer que emerja en tu poesía
lo que aún escribas entre llanto.
¡Oh! Poeta, amigo noble de las musas
y de la inspiración que vaga en un corcel.
Escribe versos, sin que haya excusas,
y sírvante de ayuda lápiz y papel.