De las personas más fuertes que he conocido, amable y rico en sentimientos, pobre materialmente pero su alma era de millonario, culto e ilustrado como pocos, nunca olvidaré cuando me dijo “por decisión este destino no lo escogí pero me ha dado grandes cosas he visto lo mejor y lo peor de la sociedad y antes de cambiar mi destino quiero que me recuerdes como un hombre firme, honesto, alguien que valoró y amó la vida quiero que me recuerdes como un homme debout”
Siempre sonriendo nada le acomplejaba ni la pobreza que tenía pues sabía cómo honradamente conseguir las cosas, es para mí, mi ejemplo de vida. De carrera Universitaria sin complejos de nada, y con un consejo sabio en la boca hablaba de lo hermoso de la vida y la bella armonía que en esta había.
Como ninguna otra persona que se pueda conocer la alegría de vivir lo hacía ver todo tan diferente que su simpatía era inigualable, tenía muchas personas que lo envidiaban pero más había que lo apreciaban.
Caminando por la calle, como siempre en la tarde viendo el atardecer desde una banca del centro de la ciudad, después de su jornada laboral de los viernes lo encontré y platicamos de lo grande que son los sueños y lo pequeña que es la vida.
“Siéntate” me dijo, “tienes 18 años y sueñas con volar alto, déjame decirte que vives en la utopía, no vueles, camina, no corras, descansa, no te dejes llevar por lo que digan los demás, tu vida es tan preciada que cuando obtengas lo que deseas no te darás cuenta”
Me sorprendió que tan repentinamente me dijera eso, pues de hablar de cosas tan simples como respirar, la comida me dio la lección de mi vida, y continúo…
“Cuando llegues a la mitad de tu carrera, si llegas (diciéndolo en tono de burla) te acuerdas de mí pues en ese momento supe que era lo que más quería hacer en la vida… Sonreír para los demás, y trabajo en ello, me dicen el homme debout que en francés significa el “hombre de pie” pues ni las adicciones, la pérdida de identidad, la pobreza material ni nada más me han quitado las ganas de sonreír, me despedí de la amargura y recibí la felicidad con locura”
Lo conocía no muy bien y esa confesión me hizo entender que nada puede detener a un ser que quiere sobresalir con luz propia y esa luz mágica proviene del lugar donde los versos se convierten en palabras llenas de sentimientos que inundan el alma.
La impresión que daba a primera vista era de un hombre serio, enojado por sus facciones pero así era su gesto marcado por aguantar los rayos del sol que amaba, alto y firme en su paso, un señor no muy viejo, de canas disimuladas por una gorra negra que en ocasiones perdía pero siempre la encontraba, su sonrisa tan contagiosa hacia cambiar al ser más triste o amargado que se le acercara.
Su risa insoportablemente escandalosa era su grito de guerra ante las injusticias de la vida misma, no se merecía esa vida, trataba de salir adelante pero no podía… Las razones, simplemente desconocidas.
Su mirada de ojos negros profundos, ojos de enamorado empedernido siempre trataban de ocultar algo, que siempre desde que el amanecer acariciaba la vida hasta que la primera estrella aparecía en el firmamento deseaba que alguien lo comprendiera pues quien da todo de sí sin reconocimiento y a pesar de ello lo sigue ejerciendo es la labor de los nuevos y verdaderos guerreros de la era moderna.
Pero Dios no es tan malo en sus designios y una tarde al partir de su trabajo tropezó con un perro perdido, era de casa pues su correa y su caminar lo mostraban, a lo lejos una muchacha gritaba el nombre supuesto del animal, respondió con otra exclamación similar, la muchacha se guió por su voz, como agradecimiento lo invitó a su casa y mientras le abría la puerta de la misma también le abría la puerta a su corazón.
Con una nueva motivación para laborar desde el día que otro tipo de amor experimento los consejos en vez de volverse más sensibles se hicieron más exigentes, pues el homme debut decía que era bastante estúpido perder el cariño y amor de alguien que lo da todo por ti por simples quejas, diferentes puntos de vista, el amor no se acaba si lo sabes apreciar.
Todos los días cerca de una banca a lado de una fuente sentado con las manos temblorosas por la jornada del viernes un joven se sentaba a aconsejar a quien quisiera.
El amor lo había encontrado o él había encontrado el amor… Pues su felicidad estaba más plena que nunca, a punto de llegar al matrimonio mi gran amigo la prosperidad había encontrado.
Mi mejor amigo el que todos llamamos el homme debout no tenía nada de especial por afuera pero por dentro era una persona alegre que nunca paró de sonreír.
Se enamoró profunda y perdidamente de la que lo merecía perfectamente, la vida poco a poco le regresaba lo mucho que daba, perdí el contacto con mi gran amigo pero nunca lo olvido, en mis peores momentos recuerdo sus palabras “no vueles, camina, no corras, descansa, no te dejes llevar por lo que digan los demás, tu vida es tan preciada que cuando obtengas lo que deseas no te darás cuenta”
Hasta que la misma vida lo amó tanto que lo quiso para ella, descansando en su casa su corazón dejó de latir su sonrisa se quedó pero su voz poco a poco se esfumaba con el viento.
No era viejo físicamente pero su alma contenía tanta sabiduría que lo hacía tan ejemplar, el día de su despedida las lágrimas no se hicieron esperar pero entre aplausos sabíamos todos, la gran pérdida que causaba.
Pues aunque nada concordaba en su alma y su físico era un hombre leal a sus ideales, cuerpo de joven apuesto y simpático, acciones de infante llenas de alegría pero reflexiones de vida dignas de un anciano en sus últimos años, para él era un método para vivir aconsejar a cualquier conocido desconocido que se le acercara pues poco a poco daba todo lo que tenía.
Cuando la juventud y el final se combinan lo único que traen es confusión al principio pero siempre mi gran Homme debout me dejo la enseñanza de sonreír a la vida y no temerle a la muerte.
Ahora me toca a mí seguir su ejemplo y estoy aquí sentada en una banca dando mi primer consejo...
A mi amigo, el chaparro, César tu sonrisa ahora es la estrella más brillante del firmamento, estoy a la casi mitad de mi carrera y jamás te olvidaré, hasta pronto risueño...
22 Enero 1988-4 Febrero 2017