Desahogo y ahogo en mi alma.
Puñalada fatal recibida,
herida que cicatriza,
pero me dejo vencer.
El alma no deja de hablar.
Por altruista herido esta vez,
me estoy rindiendo
y tú solo callas.
El cargo de conciencia
siempre mira al suelo
y esconde sus ojos.
Y yo sonrío porque se
que la ausencia esta vez
me da la oportunidad
de un nuevo comienzo
dejarte ir, dejarme ir.
En mi conciencia
la tranquilidad,
humilde y sincero
por el querer sin falsedad.
Sonrío con una gota y me abrazas.
Esta será la quinta vez
en la que nuestro abrazo
nos abraza hasta el alma.
Quizá también la última.
Tus ojos con lunar
con tres gotas.
Inefable momento,
en el que solo el silencio habla...
Mátame de una vez
que el tiempo me volverá a nacer.
No se trataba de querer ir rápido,
se trataba de querer estar,
de sentir que se está.
No hay más que decir
el alma calla
y me alejo perecedero
para poder morir
y nacer en otra parte.
JDVC