Perdona por favor mis desaciertos
y olvida por un tiempo mi torpeza,
sé que es inoportuno quién empieza
en unas condiciones sin aciertos.
Perdona si te afectan mis entuertos,
ya sé que fácilmente mi cabeza
se pierde en la noción de la belleza,
arribando su barco en otros puertos.
Ya sabes que la vida del marino
es muy dura, a veces entre mares,
viaja sólo sin aire femenino.
Sin mujer que le aplaque sus pesares,
solitario y amargo su destino,
sin dama que escuchare sus cantares
©Roberto Santamaría
Registrado en Safe Creative