Hay momentos de felicidad, que sólo traen penas,
Momentos como éste, cuando quiero que vuelvas.
Con tu sonrisa de siempre, tus palabras tiernas
Y tu firme certeza, de que la felicidad es eterna.
A pocos meses de tu partida, la herida sigue abierta,
No acepto que te hayas ido, espero aún que vuelvas.
Pero el silencio del sepulcro, la solitaria y fría piedra
Me muestra la cruda realidad, y hace que me pierda.
Ya se acerca la Navidad, y tu silla está desierta.
La casa está vacía, en silencio y con tristeza.
Aún oigo tus pasos, aún siento tu presencia,
Y aún espero ansioso, que aparezcas tras la puerta.
Traías bajo el brazo, siempre un paquete cualquiera,
Y nos alegrabas a todos, con tu sonrisa queda.
Silbando a baja voz, una melodía de fiesta
Y repetías a todo el mundo, que eras feliz a tu manera.
Feliz por toda tu vida, por tener a tu familia cerca,
Feliz por nuestros logros, y los de tus nietos y nietas,
Feliz por haber sacado adelante, a tu familia entera
A fuerza de voluntad, porque tu voluntad era férrea.
Y eras mas feliz, cuando en reunión plena,
Tenías en Navidad, a toda la familia en tu mesa.
Gustabas de agasajar, a todos a tu manera
Y eras feliz así, y también muy feliz yo era.
Pero hoy ya es Navidad, y tu silla está desierta,
Ya no estarás Papá, a mi lado en estas fiestas.
Ya no tendré tu voz, tus abrazos y palabras tiernas
Que mostrabas orgulloso, de mi banal existencia.
Conmigo se quedarán, los recuerdos de aquellas
Fiestas que antaño, pasábamos en nuestra tierra,
Cuando yo era un niño, y Tú el alma de la fiesta
aceptando mis caprichos, mis deseos y rabietas.
Ya no serán lo mismo, las navidades sin tu presencia
Ni la comida sabe igual, tampoco la cerveza,
Ya no calman la sed , no mitigan ya las penas,
Solamente en silencio, sigo esperando que vuelvas.
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