Hay momentos en los que siento rabia,
en que la espuma brota por mi boca
los dientes chirrían y la mirada hierve.
Hay momentos en que la ira bulle
la piel se agrieta, la uñas se desprenden
el hígado hiede y el vientre se retuerce.
Hay momentos en los que el mar se pudre
el sol se apaga y el cielo se desangra,
las manos tiemblan las piernas desfallecen,
horas que se demoran años,
días que se devienen siglos,
noches de fieras pesadillas
días de interminables miedos.
Pero hasta en la más abismal de mis mazmorras,
hasta en la mas tenebrosa de mis simas
siempre encontré tu luz para guiarme
tu voz para orientarme,
tu amor para calmarme.
Siempre encontré tu pecho hospitalario
tus brazos amorosos
tu cálido regazo.
Siempre encontré tu lecho perfumado
para acunar mis sueños,
para ahuyentar mis miedos,
para calmar mi furia,
para rasgar el velo
que marca la frontera
el cielo del infierno,
para enterrar mis dudas
para amansar mi fuego
para borrar las brumas
que empañan mis espejos.