Soñando alguna vez,
te vi tan entera
sonriendo a mi lado
portando una luz
iluminaste mi sueño.
Tu grata presencia
perfumaba el camino,
yo di un suspiro
porque de paz me llenaba.
Eres mi ángel divino
con tu etérea sonrisa,
siempre, sumisa;
me vas enseñando la bondad de este suelo,
también del cielo
que te ha acogido
para brindar desde arriba
Tu protección y consuelo.
Soñando te veo
que alzas el vuelo,
después de dejarme
tranquila en mi sueño,
que proteges con celo
mi vida y
la de aquellos
a quienes tanto quiero.
©Mirna L. Carranza Archila