Traigo conmigo el desastre
de estar de pie, mirar arriba y no
saber de donde van a caer los golpes.
Si miro hacia abajo estoy más perdido aún,
no te veo, ni a ti ni a nadie y sólo puedo
agarrarme al desastre, pues estoy conmigo.
¿Dónde narices te habías metido?
Dijiste que ibas a llegar de los cielos
y yo miré hacia arriba, con más miedo
que vergüenza miré hacia abajo y aquí estás,
sucia hormiga voladora, estás muerta
bajo la suela de mí zapato con el desastre
de no poder estar, vivir conmigo,
pero al menos dejo de mirar arriba y abajo.
Miro al frente y te veo adverso, me has llevado
a matar a un pobre animal alado, ¡asesino!