Si alcanzara con reír, mover los labios, echar ruido;
Si alcanzara con el claustro de las artes y las ciencias;
Si alcanzara con limar las raspaduras de demencias;
Si alcanzara con llevarme donde jamás yo hubiera ido;
Si alcanzara con bailar la corte de la juventud;
Si alcanzara con los padres, los hermanos, los amigos;
Si alcanzara con pactar una paz de tumba conmigo;
Si alcanzara con caminar seguro a la senectud;
Pero no bastan los trucos, ni los nuevos ni los viejos,
Para enfrentar al absoluto, imperturbable reflejo
Que plañe sobre el tiempo, las sinrazones, las demoras...
Y que -severo- de la felicidad me dice en mora
Por no arriesgarme a mucho más que esta tranquilidad mustia
Rebajada (como un vino): dos de hielo y una de angustia.