Gritos que se oyen resonando,
Sonidos que huyen de la habitación,
Voces que claman por tu compañia:
- ¡No guardes tu mirada!
- ¡No me prives de tu voz!
¿Acaso no oyes mi clamor?
!Ingrata¡ me dejas a merced de la locura
Sin piedad alguna.
Y te haces llamar mi amiga,
Cobijando mi corazón herido
Para luego no prestar oído
A mi pedido...
¡Enemiga es lo que eres!