De nuevo llueve,
y escucho la lluvia
como un rosario de voces pequeñas
que mudara la piel del cielo,
mientras la luz se aquieta
a los pies del camino que lleva al alba,
y el viento cuelga orioles de su mirada.
En su memoria,
las piedras hablan;
solo el silencio arde en la llama.
http://www.islaserrantes.blogspot.es