La tarde finalizaba en aquel lugar nuevamente igual que ayer y antes de ayer, tal cosa parecía una película repetida. Cierra el cuaderno y observa desde la cima la belleza natural de aquel valle, respira profundamente y dice para si misma mientras camina de regreso:
-“algo mas fuerte que yo en este momento me obliga a cambiar el rumbo, no se lo que me espera ni quiero saberlo, mañana será un día diferente y este a la vez traerá muchos días mas”.
Luego de un brusco cambio en su vida cotidiana, Rosalba decide que lo mejor es alejarse un poco de aquel lugar que le trae constantes recuerdos de una vida que ya no existe, y que solo giraba alrededor de sus niños y su esposo. Pasaron los años y los niños crecieron y se independizaron, por otra parte su esposo decidió un día irse para no volver.
Aquella mañana se levanto de la cama como de costumbre, tomo un té en el balcón y embalo en principio sus notas de vidas y un ligero equipaje de mano. Cerró la puerta tras si y salió con pasos apenas perceptibles, y un profundo suspiro dejo volar un mundo de sentimientos encontrados, tatuando cicatrices en el alma…
Y la vida continúa…