No te has ido aún y en la sombría
habitación se queda tu presencia,
al igual que te quedas te me ahuyentas
al igual que te quiero te me olvidas.
Y creo que te miro o que me miras
o que miras no sé –lo que yo miro-
qué perturbado es pender de un hilo
cuándo sé que te vas y no te has ido…
trastornado estoy y en mi delirio
reconozco tu voz, tu paso breve
y no envido al amor (ni amor envidio)
La soledad es mi castigo… ¡duele
el conocer muy tarde mi destino!
De saber que te vas y no te has ido.