Voy a dibujar un horizonte con tu nombre,
con el fulgor sublime de tu mirada,
con tus ojos como dos soles refulgentes, y tu boca
placentera como su única luna .
Pondré nubes de algodón como centinelas,
tu piel será de estrellas y tus manos podrán
acariciar mis fantasías cada noche.
Lo vestiré con una armadura de guerrero,
y así resguardaré todo ese encanto sublime
que tienes en tu aguerrida alma de hombre .
Desde ese entonces, serás el único ocaso
en mi vida, y en el crepúsculos de tus auroras
divagaran noche a noche nuestras letras de amor...
Luz de Amanecer