Escucho tu silencio
como un difuso rumor
que apenas te naciera a flor de labio,
el eco de la espuma, hecho palabra,
respirando sobre la arena
que el mar acerca a la orilla.
Aún la huella intacta
trazando sus lindes
hasta alcanzar la playa,
como un sueño que al crepúsculo
ciega todos los postigos.
Solo tú y yo
bajo el repentino hálito
de una última luz frenta al color del cielo.
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