Si ya no puedo volver sobre mis pasos
¿De qué me sirve el arrepentimiento?
Te despido, agonía lastimera.
Te abro la puerta y ruego
Que dejes de chocar en mis paredes.
Ya no soportaré tus manchas en mi suelo
Ni te abriré la puerta cuando llames.
Ya no seré morada segura a tus antojos
Ni prestaré mi cuerpo a tus dolores dulces.
Ya no hay espacio para que me habites
Ni pienso alimentarte
Del ego apabullante
Que te embriaga.
Esta es la despedida,
La última oportunidad que encuentro
Para abandonarte.
Aunque los cielos amenacen
Y se vuelvan grises anunciando la tormenta,
Aquí te dejo. A la deriva.
Ahógate en el llanto matutino de las flores,
Que ya las claras anuncian un buen día.
Leo Torrez
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