Un día especial caminando recuerdos
desde tu última morada te hablé al cielo
caminé hasta nuestra casa
pasé sobre los pasos que recuerdo
profané los tiempos y reflexioné sin estar de acuerdo.
Al otro día una llamada propuso un nuevo encuentro
y sin pensarlo recibí el mensaje y reí en silencio
¡ volvería a recorrerte ¡ el mismo camino
de alegrías y tristezas y aquél escenario
¡ Que lindo volver a verte ¡
Y volví a mi barrio por la plaza de Juan B Justo
allí estaba la fuente, el ombú y el bebedero
lo conocía todo ¡ cada árbol un recuerdo ¡
la calesita volvió a girar, los niños en bicicleta
yo sentado y escribiendo en una mesa que antes no estaba.
Las veredas rojas hasta Boyacá y comenzó el asombro
grandes y lujosos edificios adornaban lo que llamáramos El convento
otros tiempos, fútbol y esparcimiento
entre cascotes, arbustos y trepadas entradas clausuradas.
Seguí mi camino pocas cuadras y allí estaba
imponente solitario y silencioso estadio
lo saludé con el corazón le regalé una sentida mirada
al que fuera y es partícipe renovado de una gran pasión.
Obscurecía. Debía volver a casa con un volver que no era tal
Estaba yendo, nos encontraríamos pronto
Al llegar a Andrés Lamas, el Quiosquito que murió y le cerraron los ojos
al cruzar ya fui dueño del tiempo y mi corazón ya no fue silencio.
Y nos encontramos en aquel pasillo, con aquella puerta,
con los tres buzones y viejas paredes que siguen y seguirán siendo
por todos los tiempos la canción de cuna que se irá conmigo
dejando tan solo un largo silencio.
Carlos Cianciaruso