Era bella como un sol,
hermosa como una rosa
abierta de terciopelo
y de cuerpo primorosa.
Soñaba cada mañana
en convertirse en estrella;
no de las que cuelgan en el
cielo y de noche caen al mar;
soñaba con ser estrella
de las pantallas de cine
que dice que brillan más.
Y sin saber de sus sueños
de ella yo me enamoré
bajo el manto de una noche
que de estrellas, encontré.
Ella hablaba de estrellas
cuando al cielo yo miré
creyendo que las estrellas
se enamoraban también.
Y en esa noche estrellada
bajo la luz de la luna
al declararle mi amor
se terminó mi fortuna.
Menesteo
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