Yo era invierno...
tus manos me encendieron,
mi piel dormida
en tus manos de primavera
desperto.
El sol ya no me tocaba,
junto a ti la pasion llego,
la tibieza de tu cuerpo
todo mi ser incendio.
Yo era otoño...
mi tallo tambaleaba,
la primavera llego
sin decirme nada.
La cercania de tus labios
ilumino mi soledad,
llego a mi la calma,
ya paso la tempestad.
Un verano estamos viviendo,
la primavera de tus manos
a mi cuerpo estremecio,
desgasta en mi tus labios,
que no haya tiempo en el reloj.
Eres luz y claridad,
un hombre a quien amar,
bendito sea el momento
que me trajiste felicidad.
YOLANDA BARRY