Cada luna silvestre
se rodea con mis palabras
que entonan vientos vehementes
con hilos de suaves lágrimas
En el sur la montaña se avista
como un monte que no aclara la vista
los párpados galopan en un campo
donde \"el atrás\" muere sin espanto
Dos campanas se enamoran del incienso
que las hojas letradas despiden en el descenso
tan solo la vida nace en el momento
en el que un lápiz escribe la musa del aliento