Sos para mi la sonrisa perfecta que escapa hacia los conventos de Roma corrompiendo todo en mi sangre y fuera de ella.
Es hiriente la manera en que irrumpes dentro de mi alma, y mis entrañas son socabadas con tu sola presencia, quizá es tu lengua o tu dedo infame pero ahí donde existió una costra desde hacía siglos es donde más sangra la vida y se fuga para no mirar, hulle en la penumbra y se disuelve al estrellarse con vientos silvantes de la soledad.
Paulina Dix