Tus ojos eran la construcción
de un sueño abisal
en mi honda melancolía;
me tragaban los recuerdos del futuro,
la premura del crecimiento
de mis piernas,
que no te alcanzan.
.
Esas décadas, nunca perdidas,
yo abría las entrañas
de mis esperas
haciendo un lugar
para tus alas y tu peto.
.
Los nudos de tu voz
yo ya los escuchaba,
irrigados con el diluvio
y el verso añil
que pintaban los truenos
llegaban exhaustos
al polvo iridiscente de mis muñecas.
.
Arrancaba mis pestañas
para usar la rendija
entre mis párpados,
por las noches
y cuidar tu imagen en la nada,
esa nada que en mis juegos
lo era todo.
.
Y tarareaba rondas
que te nombraban.
.
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•Rosario Vercelli Scharff •