Tienes cara de ángel, corazón de piedra, falsa piel de oveja, alma de escorpión. Viajas con bandera de dulce inocencia y un níveo plumaje que deslumbra al sol.
Tu labia es ponzoña, canto de sirena, carnada perversa y amarga ilusión, tu vida es camelo, máscara perfecta, un baúl sin fondo que oculta tu Yo.
Tú engañas a todos con astucia plena, juzgas sin detenimiento y sin compasión. Tu no te amedrentas si dices quimeras y miras a los ojos sin pena o temor.
Niño caprichoso, Narciso engreído, Maquiavelo absurdo y súcubo feroz. Disfrutas las cosechas de tus crueles tretas con pasión enferma y mórbida obsesión.
Cuando la certeza derrumbe tu presa. Vivirás la estela de tu atroz acción. Cuando la certeza camine a tu vera, no habrá escapatoria a tu perdición.