Cae la noche y caí con ella,
pudiera ser estrepitoso,
liso, y con debida gravedad,
pero elegí caer como lluvia,
y resbalar de norte a sur sobre tu eje central.
Cae la noche y con ella mis ojos,
viendo sobre mí descanso,
tu rostro que fallece,
tus ojos caídos de otoño,
dando un último suspiro de día.
Cae mi noche y luce anticuada sobre otras,
y fueron muchas, las tantas noches, que cuelgan,
y otras que se esparcen por océanos.
Cae mi noche, al fin y al cabo, ya era tarde,
había acabado el día para desarrugar mis manías,
al fin y al cabo,
tuve la hazaña de caer como hoja de otoño,
tuve la gallardía de acabar improvisando
y postular mis mejillas sobre tu pecho,
de saber que me antoja caer mis ojos bohemios,
sin apretar una salida más del sol.
Humberto Velasquez Jiménez
16/Marzo.2017
11:37 p.m