No seré yo, el que apague tu luz
aún estando en babia aparente...
sin llegar a dormir en mi soltura,
a cambio, cabalgaré a mi suerte.
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Cómo permitiste vaciar tus diques
y consumir las aguas de tu éxtasis,
si en tu montura nunca desvanecí
al convencer mi desnudez ante ti.
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Imagínate tú, si mis manos apreté
que alejé de mi cintura tu misterio,
sin saber que en cualquier momento
me ofrecerás... tu monte y tu venus.
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Cómo y con qué rostro olvidaría...
el instante en que “levantas mi ego”
si sólo nadaré por tus tibias aguas
y sujeté de por si, tu erótico sueño.
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No sólo fue querer apagar el fuego
al llegar al bosque de tu cuerpo...
y amarrar tu arista en mis deseos
si ardí y apagué... tu cortafuego.
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POEMAS TARDIOS - ESTROFAS PERDIDAS
Enrique Tamayo Borrás
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