Cada mañana al abrir mis ojos y levantarme,
solo un primer recuerdo viene a mi mente,
solo puedo pensar en la transparencia de tu ser
a la cual nunca pude hacer frente.
Abrir las puertas separadoras de mi agonía,
posar mis manos sobre el cuello de mi amor,
de tu boca emana el liquido que yo quería,
quemando mi garganta devolviendome el calor.
No pense que existia la bebida mas divina,
por la cual yo he perdido toda razón.
Nada mejor he provado yo en la vida
como el vodka que domó mi corazón.
Pablo Ariel Paez Vega