Javier Gamboa Panevel

El Quijote

 

 

El Quijote.

Por Javier Gamboa Panevel

 

El Quijote habló al mundo, al dialogar con Sancho

Y desde la ventana del balcón, en lo alto

La   Dulcinea, templó la cuerda y  disparó su flecha

Y  prendó el corazón del caballero andante.

Y emprendió su camino el caballero, escoltado por Sancho

En busca de dragones, que al calor de su fuego,

Puedan  hacer arder en Dulcinea,  una pasión de amor.

Empuñó vieja lanza, y emprendió su camino.

Encontró en la locura por su amor proteger.

Un grupo de “dragones”. Espoleó su caballo

Y se lanzó a la lucha , para herir con su arma

El corazón de aquel que pretendíera  

robarle el corazón de su amor –Dulcinea--…

 

 

El Caballero, ha sido derrotado por inmenso dragón

Las aspas del molino arrojaron su cuerpo de la cabalgadura.

En su mente, sólo cabía el amor de su amada, Dulcinea

Había de acabar con los dragones que raptaban doncellas

Y continuó su lucha,  derrotó mil dragones

Y al fin quedó tendido.

Su cuerpo magullado, conducido por Sancho

Retorna a su morada…

 

¡Oh! Amor de luchas conquistado!…

Es Dulcinea; quien visita  al enfermo maltrecho.

Las dulces manos de Ella enmarcan la cara del Quijote.

Luego aprieta su mano entre las de Ella…

El Quijote es feliz…Su amor fue consumado.