El corazón se me enreda en la garganta
tan solo de pensar que voy a verte,
empiezan un sin fin de
\"quizás\", \"tal vez no\" o un \"si pudiera”,
Maldita indecisión
maldigo mi frágil cobardía…
pero, aun así,
juego con mi suerte
le doy rienda suelta
a los anhelos reprimidos.
¿Le hago caso al corazón
o me quedo con
la crueldad de la razón?
Pero esta insensatez de quererte
me aniquila,
entiendo que he perdido,
solo mi ceguera y mi locura
se empeñan en lanzar
la última moneda al infinito.