Recorría tranquila por la sierra
un sendero por mí desconocido
y llegué a un regato tan perdido
que sentí se acababa aquella tierra.
Por doquiera miraba plantas mustias
que morían por falta de sustento
y a mi paso tenía el sentimiento
que afloraban de pronto mis angustias.
Si contemplo el desértico paisaje
tan carente de vida por completo,
es esta soledad la que interpreto
cual vacío que impera en mi vïaje.
Mi alma, como este río, abandonada
de tristeza se muere en mi interior,
mas un viento me azota con furor
y es tu amor que me tiene fascinada.