Me acongojan estos silencios mudos,
estas calmas ajadas,
estos fatuos reflejos...
presiento que la tormenta volverá con furia
y habrá atarse a las vigas del recuerdo
para no ser arrastrado y despeñado
por los sucios barrancos de la rabia,
por los negros muladares de la ira
por la ciénagas sin fondo de los miedos.
Apenas se percibe el eco
del rumor de mi sombra en las paredes.
escucho las neuronas chispear
y mis átomos hervir en sus prisiones,
pero un sonido profundo como el tiempo
ruge a la espera de que estalle el rayo
para arrasarlo todo en su tronada,
para incendiar el bosque
y enrojecer los cielos
para arrancar a los rios de sus lechos.