Mucho yo he amado a la vida;
Sí, tal vez, me equivoqué;
Y aunque a veces fallé,
Siempre me di, sin medida;
Sé que ya voy de salida,
Mas no he perdido la fe;
Quizás, al final, hallé
Aquella senda perdida;
Un camino que es entrega,
Real purificación,
Que ante nada se doblega
Pues refuerza el corazón
Con una amistad sincera:
Dulce fruto del amor…